Últimamente apenas puedo dormir, veo camisas de fuerza en la
silla que hace las veces de perchero, y un mimo en un rincón que intenta
decirme algo. Parece tonto, pero se le entiende. Definitivamente he perdido la
cabeza.
La locura es algo que te alcanza, pocas personas nacen con
esa magia. La locura nos persigue y la mayoría de personas corren más que ella,
porque la locura avanza a un ritmo lento pero inexorable. Y yo me distraje un
segundo y me dejé seducir por sus promesas absurdas.
No me arrepiento. Admito que se está bien aquí y de vez en cuando te embarga una risa desmedida e incontrolable, que no te aleja de tus problemas, pero que hace que se vean más pequeños. Sin embargo, me preocupa. Pensamientos irracionales invaden mi mente y ésta les encuentra el sentido. Lo que hace un segundo era un disparate, ahora es un plan maestro.
Echo la vista atrás y me doy perfectamente cuenta de que todas estas ideas, incluso mis actos de los últimos meses (que os contaré en otra ocasión), me hubieran parecido una aberración tiempo atrás.
No me arrepiento. Admito que se está bien aquí y de vez en cuando te embarga una risa desmedida e incontrolable, que no te aleja de tus problemas, pero que hace que se vean más pequeños. Sin embargo, me preocupa. Pensamientos irracionales invaden mi mente y ésta les encuentra el sentido. Lo que hace un segundo era un disparate, ahora es un plan maestro.
Echo la vista atrás y me doy perfectamente cuenta de que todas estas ideas, incluso mis actos de los últimos meses (que os contaré en otra ocasión), me hubieran parecido una aberración tiempo atrás.
No todo el mundo está preparado para abrazar la locura y el
más peligroso es aquel que se cree cuerdo, porque obra con el convencimiento de
que sus actos son racionales mientras recorre una cornisa a cuarenta metros del
suelo imitando a un ave de corral.
Lo mejor es saber que estás loco, que la demencia ha llegado para quedarse. En ocasiones he intentado liberarme, escapar, pero es un cruel laberinto en el que cuanto más cerca te crees de la salida, más lejos te encuentras. No sigas las indicaciones del jardinero tuerto, trabaja para ella.
Lo mejor es saber que estás loco, que la demencia ha llegado para quedarse. En ocasiones he intentado liberarme, escapar, pero es un cruel laberinto en el que cuanto más cerca te crees de la salida, más lejos te encuentras. No sigas las indicaciones del jardinero tuerto, trabaja para ella.
Pero la culpable de todo eres tú. Eres a la que me distraje
observando cuando la locura me infectó, tú eres la que con una delicada sonrisa
me arrojó a sus garras y, finalmente, tú eres la que me encadenó a sus barrotes
y se guardó la llave allá donde jamás me atreveré a cogerla.
Esta es la razón por la cual aún no puedo salir, porque sé que la única salida es que te marches. Pero, por favor, sácame de aquí cuando lo hagas, porque de nada sirve una vida llena de locuras si ya no estás aquí para disfrutarlas conmigo.
Esta es la razón por la cual aún no puedo salir, porque sé que la única salida es que te marches. Pero, por favor, sácame de aquí cuando lo hagas, porque de nada sirve una vida llena de locuras si ya no estás aquí para disfrutarlas conmigo.
La verdad es que escribes genial, Sierpe. Creo que muchos nos podemos identificar con esto, porque el que ha amado de verdad, ha terminado volviéndose loco.
ResponderEliminarUn besazo ^^